Hoy amanecí cansada, sin ganas de hacer nada, simplemente la
escuela comienza a parecerme demasiado aburrida no sé, tal vez quisiera algo
diferente, distinto a lo de siempre. Me levante hice lo usual, desayunar,
lavarme los dientes y antes de irme me mire al espejo y pensé
-¿a quién demonios voy a impresionar? Mi aspecto no me
interesa- me fui directa a la escuela y me dije a mi misma
-pff esto no tiene nada de interesante-
Seguí caminando. Siempre
he sido una chica distraída, llevaba
unas libretas llenas de bocetos y algunos dibujos en ellas, y yo solo miraba
hacia el suelo pues no quería que me vieran, que por cierto soy un poco tímida…
no sé qué paso pero me perdí totalmente en mi mundo hasta que mire hacia el
frente y estaba un chico nuevo, muy distinto a los demás, me pareció demasiado
lindo pero jajaja, jamás se fijaría en una chica tan desubicada como yo… seguí
mi camino y de repente mi dirige la mirada y me pregunta.
-oye, disculpa ¿sabes dónde queda el salón 102?- le mire
sorprendida y quede estupefacta, pues rostro era perfecto, perfectos ojos
azules, perfecta sonrisa, perfecto cabello… en general él era la perfección andando
-aa-a-a si es en el segundo piso-
-aa muchas gracias- sonríe y se retira lentamente
Wow fue algo demasiado increíble para no parecer tan
invisible a sus ojos. Impactada, mi día dejo de ser gris, ya nada me parecía tan
aburrido, jeje tenía un poco más que distracción, en fin las clases terminaron,
y yo no lo volví a ver nuevamente. Iba directa a la salida y lo vi a él
sentando en unas gradas, pase como si no estuviera él, y escuche decirme…
-nuevamente hola, amm creo que estoy siendo un fastidio pero
necesito un poco de tu ayuda- yo pensaba o dios mío me volvió hablar, pero que
rayos
-si dime que pasa-
-es que no soy de aquí y realmente no sé dónde debo
tomar un autobús e ir al centro de la
ciudad, ¿podrías decirme cual tomar?
-oh claro, es el camión con el número 63, ese te llevara
directo al centro-
-vale muchas gracias, por cierto me llamo Aaron- alzo su
mano para estrechar la mía
-y yo (tu nombre), mucho gusto- rápidamente le solté la mano
y me fui apresurada y nerviosa hacía mi casa.
no podía creerlo, mi corazón palpitaba
muy rápido por la emoción que pase, estaba muy sorprendida por lo que estaba
pasando, tenía... miedo
No hay comentarios:
Publicar un comentario