domingo, 2 de febrero de 2014

Primer día


Hoy amanecí cansada, sin ganas de hacer nada, simplemente la escuela comienza a parecerme demasiado aburrida no sé, tal vez quisiera algo diferente, distinto a lo de siempre. Me levante hice lo usual, desayunar, lavarme los dientes y antes de irme me mire al espejo y pensé

-¿a quién demonios voy a impresionar? Mi aspecto no me interesa- me fui directa a la escuela y me dije a mi misma
-pff esto no tiene nada de interesante-

Seguí caminando.  Siempre he sido una chica distraída,  llevaba unas libretas llenas de bocetos y algunos dibujos en ellas, y yo solo miraba hacia el suelo pues no quería que me vieran, que por cierto soy un poco tímida… no sé qué paso pero me perdí totalmente en mi mundo hasta que mire hacia el frente y estaba un chico nuevo, muy distinto a los demás, me pareció demasiado lindo pero jajaja, jamás se fijaría en una chica tan desubicada como yo… seguí mi camino y de repente mi dirige la mirada y me pregunta.

-oye, disculpa ¿sabes dónde queda el salón 102?- le mire sorprendida y quede estupefacta, pues rostro era perfecto, perfectos ojos azules, perfecta sonrisa, perfecto cabello… en general  él era la perfección andando
-aa-a-a si es en el segundo piso-
-aa muchas gracias- sonríe y se retira lentamente

Wow fue algo demasiado increíble para no parecer tan invisible a sus ojos. Impactada, mi día dejo de ser gris, ya nada me parecía tan aburrido, jeje tenía un poco más que distracción, en fin las clases terminaron, y yo no lo volví a ver nuevamente. Iba directa a la salida y lo vi a él sentando en unas gradas, pase como si no estuviera él, y escuche decirme…

-nuevamente hola, amm creo que estoy siendo un fastidio pero necesito un poco de tu ayuda- yo pensaba o dios mío me volvió hablar, pero que rayos
-si dime que pasa-
-es que no soy de aquí y realmente no sé dónde debo tomar  un autobús e ir al centro de la ciudad, ¿podrías decirme cual tomar?
-oh claro, es el camión con el número 63, ese te llevara directo al centro-
-vale muchas gracias, por cierto me llamo Aaron- alzo su mano para estrechar la mía

-y yo (tu nombre), mucho gusto- rápidamente le solté la mano y me fui apresurada y nerviosa hacía mi casa.

 no podía creerlo, mi corazón palpitaba muy rápido por la emoción que pase, estaba muy sorprendida por lo que estaba pasando, tenía... miedo

No hay comentarios:

Publicar un comentario